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  • Foto del escritorOmar Linares

Técnicas estoicas para afrontar la búsqueda de empleo


Master class online retransmitida simultáneamente en diferentes Lanzaderas de Empleo y Emprendimiento de España. Muy agradecido a la Fundación Santa María la Real y la Fundación Telefónica por la invitación.


El desempleo es, por lo general, un momento de crisis. Casi nadie lo busca, y cuando se encuentra en él hace lo posible por dejarlo atrás cuanto antes. Por ello hablamos de momento de crisis… pero no necesariamente de drama.


Una crisis es una situación que nos obliga a reaccionar, a innovar, a dar lo mejor de nosotros para superarla. Por su parte, un drama está configurado como una catástrofe sin solución ni superación posible. Como vemos, crisis y drama son dos perspectivas diferentes (de entre otras tantas posibles) para afrontar el desempleo.


En la crisis puede abrirse el espacio necesario para que se exprese quien realmente somos. Vivida de forma activa, nos permite el contacto con nuestro propósito vital, aquello que llevamos dentro y queremos ofrecer al mundo. Esta es mi opinión, y los estoicos coinciden conmigo.


Podemos decir incluso que el estoicismo nació gracias al desempleo. Zenón de Citio, el que llegaría a ser el fundador de la escuela estoica, era comerciante en su juventud. Su padre lo fue toda su vida y, como en tantas otras empresas familiares, el negocio pasó al hijo. Probablemente no se cuestionó si era lo que le apasionaba, sencillamente continuó haciendo lo que se suponía que debía hacer.


Tuvo que ver naufragar su barco frente a la costa del Pireo, contemplar cómo se hundía su único medio de vida, para preguntarse qué quería hacer realmente con ella. Lo único que tenía claro era que no quería que su ánimo dependiera de catástrofes como ésta: por eso se inició en la filosofía, y acabó sentando las bases de la maravillosa doctrina de la que os hablaré hoy.


El estoicismo enseña que la clave para poner fin a nuestro sufrimiento reside en el pensamiento. Afirma que allí se crea, y también allí puede ser disuelto. Nos muestra que sentimos lo que pensamos: que nuestras emociones son diseñadas por los pensamientos que las preceden, y que son esos juicios y creencias de nuestra mente los que definen nuestra experiencia del mundo. De ellos depende que vivamos el presente desde el gozo y la plenitud, o desde el conflicto y el sufrimiento.


¿Cómo podemos atajar el sufrimiento? Trabajando nuestro pensamiento con y desde la emoción. Permitiéndonos sentir lo que sentimos, para poder tomar contacto con las ideas que lo motivan, ajustándolas a la realidad mediante la reflexión y la crítica. Por ello, el estoicismo no es una filosofía del aguante, sino de la acción, un movimiento consciente que busca lograr la lucidez del pensamiento para transmitir esa misma claridad a nuestra emoción y actitud.


En lo que sigue, explicaré brevemente las ideas clave de las tres técnicas estoicas desarrolladas con más detalle en la charla.



La propia afirmación ya pide que clarifiquemos los conceptos. ¿Qué es un hecho? Un hecho es la realidad objetiva, un evento tal y como ocurre, al margen de toda interpretación. Entonces, ¿qué es una interpretación? Pues la lectura que yo hago de ese hecho: el cómo lo vivo, lo percibo y lo siento, basándome en mi perspectiva, deseos, inquietudes…


Lo importante es entender que ningún hecho obliga a una interpretación concreta, y ante cualquier situación caben una infinidad de interpretaciones posibles.


Para poner en práctica esta distinción, el ejercicio que os propongo es coger papel y lápiz y anotar todas las creencias negativas que rodean nuestra situación actual, aquellas que os hacen perder energía, ilusión y ánimo. Tras volcar nuestro pensamiento en el papel, podremos revisar cada creencia y preguntar ¿esto es un hecho, o una interpretación? Así, limpiamos el hecho de toda interpretación negativa que le hayamos añadido (explicación con ejemplos de creencias limitantes sobre desempleo a partir del minuto 16:29).


El estoicismo no nos dice que nos centremos en el lado bueno de las cosas, sino que las miremos tal y como son, sin incluir en ellas lecturas negativas que no les pertenecen y que, además, nos dañan. Nos recuerda que los hechos son los que son y debemos aceptarlos para seguir adelante.



Sufrimos cuando tratamos de controlar aquello que escapa a nuestro control, y dejamos que nuestra vida vaya a la deriva cuando descuidamos aquello que sí se encuentra en nuestro campo de acción. El estoicismo advierte acerca de esta cuestión e invita a tomar medidas al respecto.


Para ello proponen la técnica de los círculos de control, un ejercicio mental en el que dibujamos un círculo central pequeño, para colocar en él aquello que depende de mí, rodeado a su vez de un círculo mucho más amplio que contiene todo lo que no depende de mí. De esta forma, tomamos conciencia de lo limitado de nuestra capacidad de acción, de todo aquello que escapa a nuestro control, pero también nos abrimos a esas acciones que, no dependiendo de nosotros su resultado, sí que resulta posible el influir en ellas (ejemplos de este ejercicio con distinciones aplicadas a la búsqueda de empleo a partir del minuto 24:22).


En toda búsqueda activa de empleo o proyecto de emprendimiento hay un plan de acción que conecta nuestra situación actual con aquella a la que queremos llegar. La aportación que el estoicismo ofrece es la revisión de cada uno de esos pasos desde la distinción entre lo que depende de mí y lo que no. De esta forma, seremos conscientes de todo lo que escapa a nuestro control, dejaremos de ocupar nuestra mente con ello y nos centraremos en todo lo que está en nuestra mano conseguir o propiciar.



Si uno de los resultados de la técnica anterior es liberarnos de la constante presencia de ideas pesimistas y catastrofistas en nuestro pensamiento, la praemeditatio malorum permite crear actitudes y estrategias adaptadas a posibles situaciones adversas. Por una parte, nos ayuda a estar preparados para lo que pueda ocurrir. Por otra, permite que la atención no esté permanentemente enfocada en estos posibles escenarios adversos y pueda orientarse en cuestiones más productivas y beneficiosas.


Para practicar este ejercicio debemos hacer un esfuerzo por visualizar todo aquello que podría salir mal en nuestra búsqueda de empleo o proyecto emprendedor (ejemplos de esta técnica aplicada a casos concretos a partir del minuto 33:42). Ante cada una de esas posibles desavenencias, nos preguntaremos ¿qué puedo hacer al respecto? Así, volveremos a tomar conciencia de aquello que no está en nuestra mano prevenir, desechando nuestra preocupación por ello, para centrarnos en lo que sí depende de nosotros.


De esta forma, podremos diseñar la que será nuestra actitud y acciones ante ese posible evento, creando diferentes caminos capaces de adaptarse a las dificultades y llevarnos allí donde queremos ir.


***


El estoicismo es el camino que nos permite ser quienes realmente somos, al margen de lo complicado de nuestra situación. Esta filosofía nos prepara para la adversidad y nos invita a dar un paso más, uniendo la aceptación de lo que ocurre con la decisión de hacer algo al respecto.


¿Cómo quiero reaccionar? ¿Cómo quiero vivir? La vida no se diseña con nuestros deseos, somos nosotros quienes debemos adaptar nuestros propósitos a las circunstancias.


Suerte a todos/as.

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